lunes, abril 14, 2008

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...La luz que había aquí...
la apagué cuando pensé que era la última persona en salir...

Soy yo...
...y no la masa gris.

Dios...
No sabes cuanto me gustaria creer en ti....



...y en mi.

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Procesión. Recuerdos. Sentimientos. Mi Reino por un Dios. Llevo días contando agujeros en la esquina aquella en que me encontré arrancando de los perros rabiosos que un día decidí que afirmaran desde el cordel imaginario, mi ropa mojada. Mojada y Derretida. Como los Relojes de Dalí y la vela que aún juega con su llama infernalmente inconstante. Inconstante y Atrayente. Emocionalmente distante. El Techo de mi pieza me queda perfectamente bien. Y nada cubre el Km2 que he cultivado en el macetero agrietado por mí y por otros. Ellos. Esos. En aquel entonces yo era más lejana y menos humana. Ahora soy tan sólo una Mujer. Mujer de voz de Tango. Mujer de Espacios sin sentido. Mujer de Disparos Malheridos.“Bang bang bang. Hojas muertas que caen”. Las Recojo. Desalojo. Me condeno. Te absuelvo. Gente que pasa. Gente que quiero. Gente que pierdo. “Siempre igual, los que no pueden más, se van". Los voy. Me voy. El ego me ha botado, maldecido, nombrado y aislado. Procesión. Oración. Siglos de silencio. Entre tanto muerto, soy la menos viva. Tan sólo una boca gris que encanta desde lejos. El Gris del Desencanto. “Gris, el cielo de tus ojos”. Susurro el parlamento egoísta de quien sabe mucho de nada. La Nada y el Todo. Pregunto. Complico. Sirvo el Té. Escucho música. Enciendo el Silencio. Escondo el Reloj. Espanto una mosca (mi vida pasada). Hago la fila para llegar a mí. Recuerdo a la Luna. Cierro las cortinas y me quedo afuera. Tengo frio. Es de Noche. Ya es de Día. Tomo el Teléfono. Suelto el Teléfono. Veo mi página. Escribo tonteras. Hago la fila para salir de mí. Abro las cortinas y me dejo entrar, pero sólo a mi. Los vidrios están sucios. Los ojos están húmedos. El último apagaba la Luz...y me he quedado a oscuras.





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