Maldita vida es ésta,
que juega a ponerse el vestido
de quien la quiera vestir,
y osa reírse en el llanto,
de quien la quiere desvestir.
*
Escuchar el cigarro consumirse, el baile de las llamas ante la provocación de la madera, la poesía del contacto de las manos con el cuerpo, o lo que nuestra propia respiración enuncia...
Puede ser el primer paso para escuchar el verdadero ritmo de nuestra alma contemplativa y serena...
El tema de la identidad nos rodea y nos invade, nos presiona, nos afirma, nos modela y nos engaña. Su significado no responde a la pregunta del "¿quien soy yo?", sino que se elabora a partir de la reflexión de "¿quien soy yo frente a ti?" "¿quien soy yo contigo?" “¿quien soy yo sin ti?” “¿que soy yo, que no seas tu?" “¿que soy yo para ti?”"¿que soy yo en este grupo?" "¿que es el grupo en mi?" "¿quien está allá?" "¿Quien está acá?"...
En fin... de preguntas nos humanizamos... y ciertamente se entiende que….
…. sin ti... yo nunca seré.